También he visto otros árboles FUERA DE MADRID, como éstos de MURCIA
En la conocida como Sierra de Cartagena, entre cabo de Palos y bahía de Portman se encuentra el único lugar de España y de Europa continental donde podemos encontrar el Ciprés de Cartagena (Tetraclinis articulata), también conocido como sabina de Cartagena, sabina mora o araar.
Se trata de un árbol en claro peligro de desaparición y aunque en los últimos tiempos y con los diferentes planes de repoblación se ha llegado a un censo de unos 7.500 ejemplares las perspectivas de cambio climático podrían suponer la puntilla a este árbol en las sierras cartageneras.
Debió ser abundante hasta mediados del S.XIX momento en el que se produce una auténtica eclosión minera en la zona y su madera comienza a ser utilizada para el entibado de galerías. Esta tala indiscriminada produjo la casi desaparición de la especie reduciendo los ejemplares supervivientes a apenas una veintena.
Un paseo por la senda del Monte de las Cenizas, en el Parque Natural de Calblanque, nos permitirá contemplar algunos ejemplares y el trabajo de repoblación que se está realizando para aumentar su presencia. También podemos ver algunos ejemplares en el arboreto del aparcamiento del mismo parque (donde se inicia la senda de las Salinas del Rasall.
En el noroeste de África crece en la Cordillera del Atlas (donde llega a formar verdaderos bosques), Argel y Túnez, así como en Melilla, aunque también se ha naturalizado en Chipre. En Europa, como ya se ha dicho, cuenta con dos pequeñas poblaciones naturales, una en las Sierras de Cartagena y otra en la isla de Malta.
En el Parque Nacional de Doñana, existe también una pequeña población con ejemplares centenarios, que tradicionalmente ha sido considerada como introducida, aunque recientemente algunos autores han defendido su carácter autóctono.
Crece a relativamente bajas altitudes en clima cálido, subtropical seco del clima mediterráneo en colinas y laderas secas y soleadas, principalmente en suelo calcáreos. Prefiere los suelos poco profundos y pedregosos. Su madera rojiza y aromática es muy dura, fácil de trabajar y resistente a la putrefacción Fue muy apreciada por los romanos y actualmente es utilizada para ebanistería de lujo. En África se utiliza la corteza, rica en taninos, para curtir las pieles. En el mundo egipcio se empleó para embalsamar cadáveres. Produce una resina llamada sandáraca, empleada para barnices y como incienso.
Es amigo de palmitos, pinos, acebuches y cipreses. Su crecimiento es lento: no suele pasar de 8 m allá por su 60 cumpleaños y le gusta el clima semiárido. Pese a la creencia popular que señala a los árabes como sus introductores se puede afirmar, por los restos de carbón hallados en un yacimiento prehistórico de Jumilla, que su presencia es muy anterior y por tanto oriunda.
Pendiente para futuras visitas:
- Sabina de Huerta Espuña, en el Parque Regional de Sierra Espuña, un ciprés de Cartagena (Tetraclinis articulata) centenario, plantado por indicaciones de Ricardo Codorniú en el principal vivero en la sierra durante la ejemplar reforestación, que se encuentra rodeado de congéneres –también de importante tamaño– en un pequeño y singular bosquete. Este árbol monumental el más grande de la especie, tanto en altura altura como en grosor de tronco, con 20 m y 2,2 m, respectivamente. Para acceder al árbol será preciso consultar su ubicación en el Centro de Visitantes del Parque, que sólo cierra los lunes.
- Sabina del Jardín Botánico de Murcia
Árboles de Madrid - Mis árboles de Madrid (2) 